Viajar en avión es un placer, hasta que lo intentas con un bebé o un niño pequeño. Entonces las cosas se complican un poco y todo parece más difícil y estresante. Sin embargo, un poco de paciencia y algo de planificación le ayudarán a salir adelante con éxito y llegar a su destino.
Tener hijos no significa que no se pueda viajar; al contrario, es emocionante vivir aventuras junto al nuevo miembro de la familia. La clave es conocer bien a tu joven viajero, entender sus necesidades y ritmos y adaptarse a ellos en la medida de lo posible. Todo esto se consigue con previsión y planificación.
Además, de la experiencia se aprende, tanto tú como tu pequeño. Cuanto más acostumbrado esté a volar, mejor será cada viaje.
Para ayudarte a empezar, hemos querido recopilar los consejos de diferentes padres viajeros de w2fly.es basados en sus propias experiencias volando con niños. ¡Escúchanos!
Viajar de noche
De nuevo, un poco de planificación es fundamental a la hora de volar con niños, desde la compra de los billetes hasta la vuelta a casa después de unos maravillosos días en familia.
Si el vuelo es largo, es mucho mejor viajar de noche; así el niño podrá dormir en el avión. Aunque no será una noche completa de descanso, al menos supondrá unas horas de tranquilidad.
Los viajes de día son mucho más tediosos para los niños porque necesitan un desahogo para liberar energía y a bordo de un avión no es el mejor lugar para ello. Si puedes, opta por vuelos nocturnos.
Asegúrate de que estén cómodos
Para que los niños duerman y estén tranquilos, es importante que estén cómodos; por eso, intenta vestirles con ropa amplia en la medida de lo posible. Ten en cuenta que el aire acondicionado de los aviones suele estar a tope; no es mala idea llevar un jersey para taparlos por si acaso.
La recomendación de Mamás Modernas es llevar tres mudas: “una para el aeropuerto, un pijama para la noche y otra para la llegada”, dicen. Y como consejo adicional, sugieren guardar todo en bolsas individuales en el equipaje de mano para poder encontrar las cosas fácilmente.
Lleva botellas y comida en el avión
Aunque ciertas sustancias no están permitidas en el avión, no tendrás ningún problema en llevar agua, leche o comida para tu bebé. Aunque tendrás que seguir la norma de un máximo de 100 mililitros por recipiente, así como llevarlos en bolsas cerradas.
Si el niño es lo suficientemente mayor y come sólidos, también es aconsejable llevar su propia comida. Puede que no les guste lo que se sirve en el avión o que el servicio a bordo no coincida con su apetito. En este caso, es mejor optar por algo que no requiera cubiertos; unas galletas o un sándwich serán suficientes.
Llevar juguetes pequeños y variados
Es importante tener un plan para mantener a los niños ocupados mientras están despiertos, pero sé inteligente: lleva juguetes que no ocupen mucho espacio, que sean variados y que no hagan ruido (para no molestar a los que te rodean).
Además, como explica Familias en ruta, “es aconsejable que den pequeños paseos por los pasillos para estirar las piernas, y explorar con quiénes comparten el vuelo, y quizá conocer a otros niños y niñas”.
Ten a mano una botella para evitar el dolor de oídos por los cambios de presión. Como se sabe, el dolor de oídos en los aviones es un problema para los adultos y especialmente para los niños. El consejo que da Magia en el camino, al igual que muchos pediatras, es dar el biberón al niño. La succión aliviará el dolor además de ayudar a mantenerlos hidratados.